El CEO de Uber, Travis Kalanick, tuvo que renunciar este jueves como Jefe Ejecutivo de Uber (CEO) debido a presiones de sus accionistas.
La empresa de transporte privado, que el ejecutivo ayudó a fundar en 2009 y se convirtió en un gigante en ese sector, tendrá una nueva dirección.
Travis Kalanick renuncia tras presiones y drama en la empresa
La salida del CEO llega luego de una larga saga de escándalos y decisiones que han afectado la imagen de la empresa.
Los accionistas, de esta manera, decidieron generar una ‘revuelta’, donde cinco de los mayores inversionistas de la empresa demandaron que el CEO renunciara inmediatamente.
Entre los que se unieron a esta petición estaba la firma de capital Benchmark, que tiene uno de sus socios, Bill Gurley, en la mesa directiva de Uber.
Los inversionistas demandaron la renuncia en una carta que se entregó al CEO mientras estaba en Chicago.
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En la misiva, los inversionistas afirmaban que la empresa necesita un cambio en el liderazgo. Tras consulta de Kalanick con gente de la mesa directiva y largas discusiones con algunos de los inversionistas, aceptó renunciar.
Sin embargo, permanecerá como miembro de la mesa directiva.
Movimientos por venir en la empresa
Kalanick afirmó en un comunicado que “ama a Uber” y que aceptó la petición de retirarse como CEO para que la empresa pueda seguir construyendo en vez de desviar el camino gracias a otro desacuerdo.
Mientras tanto, la mesa directiva de Uber presentó su postura en otro comunicado, en el cual afirman que Kalanick siempre puso a Uber primero, y que su renuncia dará espacio a la empresa para continuar con el siguiente capítulo de su historia.
Cultura corporativa que perdió el rumbo
Esta situación termina con meses de preguntas sobre el liderazgo de Uber, que se convirtió en un ejemplo de una cultura interna que perdió el rumbo.
Además de acusaciones de que las políticas laborales permitían acoso sexual y discriminación, también se afirmó que buscaron saltar algunas leyes para lograr sus objetivos.
Esa mentalidad parecía venir de lo más alto de la escalera corporativa, específicamente de Kalanick, quien agresivamente impulsó a la empresa para ser la dominante en temas de transporte privado.
Ahora, Travis Kalanick renuncia y deberán buscar un nuevo CEO aceleradamente para continuar creciendo.
Los conflictos en Uber
Los problemas iniciaron a principios de año cuando una ingeniera detalló que fue acosada sexualmente mientras trabajaba en Uber, lo cual abrió el camino a más quejas similares.
Posteriormente, tuvo una demanda por propiedad intelectual de Waymo, el negocio de vehículos autónomos de Google, además de una investigación federal respecto a un software usado para evitar a las autoridades en ciudades donde su operación estaba limitada o prohibida.
Ante esto, Uber ha tratado de solucionar los problemas y darle un giro, incluso despidiendo más de 20 empleados luego de una investigación de la cultura laboral, así como cambios en el lugar de trabajo y además está buscando nuevos ejecutivos (que ahora incluirá a su CEO).
Aunque Kalanick había ofrecido ausentarse por un tiempo, al parecer esto no fue suficiente para algunos inversionistas, que han inyectado importantes cantidades de capital, logrando que Uber creciera hasta llegar a su actual valor de 70 mil millones.
Además de Benchmark, otros inversionistas que demandaron la renuncia del ejecutivo fueron First Round Capital, Lowercase Capital, Menlo Ventures y Fidelity Investments, que juntos son dueños de 25% de las acciones de la empresa.
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