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Las teorías de conspiración no son nuevas, probablemente hayas escuchado o leído sobre alguna de ellas a lo largo de tu vida: los reptilianos, iluminatis, ovnis, y el origen del coronavirus son de las más populares.

Éstas han cobrado tendencia mediática en México recientemente y, de acuerdo a un análisis elaborado por Cetys Universidad, tiene mucho que ver con su alcance o los “views” que pueden llegar a conseguir. Es decir, han logrado convertirse en un producto monetizable.

El poder superior oculto tras las teorías de conspiración

Este término podría ser comprendido como un “poder superior oculto y gestado en las altas esferas” políticas, económicas, científicas, etc., con la intención de manipular ideológica y conductualmente a otras personas. En este contexto, podrían utilizarse para desestimar aseveraciones que se consideren:

  • Mal interpretadas.
  • Paranoicas.
  • Sin bases fundamentales.
  • Extravagantes.
  • Irracionales.

Para la doctora Dora Caudillo Ruíz, quien trabaja en la institución a la cabeza de este estudio, los creadores de las teorías de conspiración pretenden comprobar que un grupo poderoso e influyente domina al mundo con un objetivo en específico. Eso sí, sin sustentarse en evidencias demostradas.

“En la cultura popular se identifica como un tipo de folclore similar al de una leyenda urbana, especialmente por presentar una narrativa con tres rasgos: sesgos cognitivos basados en rumores, versiones alternativas en la búsqueda de respuestas, y la asunción de una realidad alterada sobre los sujetos y los hechos que describe la teoría conspirativa”, explicó.

En cuanto a su auge, insiste en que se debe al alcance o “views” que pueden llegar a conseguir. De hecho, es bastante normal que el algoritmo de ciertos buscadores sugiera este tipo de contenido mientras los usuarios navegan por internet, y la razón es por ser muy visto.

Vale destacar que los jóvenes suelen ser los más propensos a creer en estas teorías. Los expertos aseguran que esto se debe a que aún no tienen un poder de decisión en la sociedad y tienden a pensar que son otras personas “las que mueven los hilos” de las diversas áreas o actividades.

El daño que podrían causar las teorías de conspiración

Por otra parte, el reporte advierte sobre el principal daño que podrían causar estas teorías no comprobables: la toma de decisiones erróneas. Por ejemplo, una persona que se toma a pecho alguna teoría relacionada a las vacunas anti-Covid podría negarse a inmunizarse y, en consecuencia, verse comprometido seriamente al contraer la enfermedad.

“De ahí la importancia de desarrollar el pensamiento crítico; cuestionar el origen de la fuente, identificar argumentos basados en hechos, ponderar el conocimiento científico sobre el empírico, analizar los hechos desde la objetividad y no desde la subjetividad y, sobre todo, ser un usuario responsable, tanto quienes generan contenido como quien los consume”, reza parte del documento.

Las teorías más conocidas

Esto son algunos ejemplos de teorías conspirativas populares: los reptilianos, illuminatis, extraterrestres, los terraplanistas, el atentado a las torres gemelas, el origen de la pandemia actual, lo relacionado a las vacunas anti-Covid, el hombre en la luna, la autoría de “Romeo y Julieta y Otelo”, el origen oscuro o satánico de la canción “Aserejé”, entre otras.

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