HotWire, agencia de comunicaciones global, así como Wired Consulting, lanzaron un estudio sobre la Generación Alfa, es decir, el grupo de personas que nació a partir del año 2010 en adelante.
Esta generación jugará, aprenderá e interactuará de una forma totalmente nueva. Para ellos, los dispositivos serán cada vez más inteligentes, todo estará más conectado, además que las distinciones entre lo físico y lo digital serán cada vez más borrosas.
Objetivos del estudio para entender a la Generación Alfa
Por las razones ya citadas, el estudio busca poner un poco de luz sobre el impacto de la tecnología y la cultura en esta nueva generación desde tres perspectivas:
- Los efectos de la tecnología en las mentes de la Generación Alfa.
- Las tendencias tecnológicas que definirán esta generación.
- Cómo las organizaciones y marcas pueden acercarse a esta nueva generación.
El objetivo de la investigación no es que sirva como una predicción, sino para explorar, de acuerdo a las tendencias actuales, los factores que configurarán a esa futura generación.
A continuación presentamos unas síntesis de este la primera parte de este interesante estudio, los efectos de la tecnología en la mente de la Generación Alfa.
Tecnología y las mentes de los Alfa
El cerebro se desarrolla a través de experiencias y el entorno que nos rodea. Esto es conocido como plasticidad cerebral.
La forma en que la tecnología está cambiando la mente de los más jóvenes es uno de los temas que más se discuten en la actualidad. Muchos titulares son alarmistas, desde que los buscadores nos han vuelto estúpidos, los smartphones nos hacen una especie de zombies y Facebook nos hace narcisistas.
Otros discuten si la tecnología está mejorando las habilidades más allá de lo humanamente posible y nos hace capaces de liberar a las personas de tareas monótonas para fijarnos en problemas de otro nivel.
Una tendencia observada en los últimos años es un incremento en la especialización. Los cerebros de los individuos están cada vez más concentrados en problemas más específicos y se especializan en tareas determinadas.
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Así, la Generación Alfa continuará esta tendencia y las tendencias laborales la potenciarán. El empleo dependerá de cuánta automatización exista, así que la Generación Alfa necesitará desarrollar habilidades técnicas altamente especializadas.
Y ya está comenzando a ocurrir. En julio de 2017, investigadores de PwC estimaron que el 30% del trabajo en Reino Unido y el 38% en Estados Unidos será automatizado para el año 2030. Entre otros sectores que sufrirán esto más pronunciadamente serán el transporte, la manufactura y la distribución.
Adicionalmente, la tecnología mejorará ciertas habilidades. Con los videojuegos las personas están desarrollando mejores habilidades visuales.
Los videojuegos también han sido relacionados con habilidades cognitivas, incluyendo coordinación entre los ojos y las manos, así como la capacidad para cambiar de tareas.
Algunos investigadores incluso creen que los videojuegos y otros medios digitales podrían contribuir al efecto Flynn, es decir, la subida continua año tras año de las puntuaciones de coeficiente intelectual en sucesivas generaciones.
Igualmente, esas generaciones dejarán que los robots ‘piensen’ por ellos. Esto significa que, al no tener que recordar cifras, hechos, fechas, lugares, pues cuentan con información en su smartphone, tablet o laptop, ya no lo harán.
Esta actividad, algunos postulan, permitirá que las personas se dediquen a asuntos intelectuales más específicos. Sin embargo, quizá se ponga en peligro la capacidad de almancenar o recuperar la información necesaria para resolver cuestiones simples.
Sin embargo, el estudio postula que, a pesar de todo el tiempo que pasamos delante de la pantalla parezca restar tiempo de aprendizaje, a socializar y a jugar, los niños están bien.
Sobre todo porque, aunque se postula la supuesta infelicidad de aquellos jóvenes que pasan tiempo conectados a dispositivos, no está directamente relacionada hasta ahora, sólo existe una correlación.
Los estudios no han conseguido relacionar conexión con soledad o depresión. Además, algunos estudios ya concluyeron que el uso moderado de la tecnología digital no es intrínsecamente negativo y puede ser una ventaja en un mundo conectado.
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