El término influencer viene sonando hace más de dos décadas, aunque con nombres adaptados a cada red social: blogger, instagramer, tiktoker… Sin embargo, fue hace un par de años que estos personajes de la web, millennials en su mayoría, se convirtieron en algo más que un perfil popular en las social media, y comenzaron a capitalizar su fama online con patrocinios y colaboraciones que en el mundo comercial son bastante demandados: este año las campañas con micro influencers registró un crecimiento de 21 %, elevando su participación en este tipo de iniciativas un 28 % con relación al 2020, según estudio de VoxFeed.
Entonces, ¿Cómo ha ido evolucionando este campo y en qué se diferencia los micro influencers de los influencers en general? Veámoslo a continuación.
Marcas desembolsan hasta US$8 mil en campañas con micro influencers
El mercado ha sido prolífico para los usuarios que pasan gran parte de su tiempo creando contenido para redes sociales. Solo este año, VoxFeed, plataforma que conecta a marcas con influencers, arrojó que una empresa promedio desarrolló 2,4 campañas en su plataforma durante el 2021, un claro aumento frente al 1,9 de acciones desarrolladas el pasado año.
Pero la cifra no solo se elevó en número, la tasa de inversión también mostró un crecimiento optimista para estos profesionales del Internet: la inversión promedio fue de US$300, con rango que oscila entre los US$50 a los US$8 mil.
Pese a ello, la suerte no sonríe para todos. Los micro influencers dedicados a los alimentos y bebidas, bienes consumibles, moda y productos de belleza registraron mayor actividad durante el 2021 que en 2020, robándose la preferencia de las marcas a la hora de hacer campañas.
Asimismo, aquellos que pertenecen a la comunidad de TikTok o tienen una presencia poderosa en Instagram, fueron los que más despuntaron. De acuerdo a VoxFeed, la plataforma de ByteDance y la red social de Meta, fueron las más utilizadas por los influencers para estas campañas.
¿A qué se llama micro influencers y por qué las marcas los prefieren?
A medida que el entusiasmo de los influencers aumenta y las redes sociales innovan a favor de su trabajo –prometiendo lanzar suscripciones de pago, por ejemplo-, estos personajes son, cada vez más, claves para las campañas de marketing. Pero, aunque son bastante buenos generando engagement y un ROI comprobado, en términos de rentabilidad no resultan lo más económico para las marcas.
Influencers mexicanos con una gran masa de seguidores como Juanpa Zurita (27,7 millones de followers en Instagram), Luisito Comunica (37,8 millones de followers en Youtube) o Yuya (25 millones de followers en Youtube) -quienes de hecho lideran el top 10 de influencers que generan mayor atracción a las empresas- cobran hasta $21 mil y $260 mil dólares por publicidad en redes, según la lista de Influencer Marketing HUB BrandMe.
La exuberante suma se basa en las métricas de alcances e interacciones, pero también de audiencia segura que solo influencers como los mencionados pueden ofrecer. Partiendo de ello, no sorprende que el mundo del Internet haya empezado a separar a estos personajes por categoría, con el fin de saber aprovechar las marcas pequeñas que no cuentan con mucho para comenzar a invertir en este sector. De esta manera, nacen las campañas con micro influencers y nano influencers.
En este sentido, aquellos perfiles con hasta 10 mil seguidores son denominados microinfluencers, mientras que los nanoinfluencers corresponden a perfiles con menos de mil seguidores, pero es compensado por una gran influencia en su círculo más cercano.
“Si las personas que te siguen confían en ti o tienen una relación más cercana a ti, es más probable que escuchen lo que tienes que comunicar, hagan caso e interactúen con tus publicaciones, eso llega a generar mayores resultados para las marcas que invertir millonadas en influencers gigantes”, señaló Alejandra Méndez, directora de operaciones de VoxFeed.
Imagen Freepik
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