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Quienes usan smartphones y tabletas han pasado por esto alguna vez: revisan su dispositivo, ven una cantidad impresionante de apps (a veces, más de 150).

Cuando se preguntan por qué tienen tantas, muchas veces sucede que la instalaron porque alguna vez esa app les gustó por una función que realiza muy bien (aunque el resto quizá no sean tan útiles).

Apps de automatización de ventas y marketing

Esto mismo está sucediendo en los mercados de automatización en ventas y marketing. Esta área está floreciendo, hay literalmente mil nuevas apps cada año. El mercado está muy saturado e incluso puede causar confusión en sus usuarios, pues cada app, aunque útil, tiene un nicho o es sutil en sus diferencias.

[Tweet “Existen demasiadas apps de automatización de #ventas y #marketing; qué hacer para no saturarse”]

Estas apps permiten al personal de ventas y marketing usar una función específica muy bien y quizá pasar datos a un CRM común u otra app. Esa función es muy importante, así que la app se convierte en vital. Sin embargo, después de un tiempo las empresas terminan teniendo docenas de apps especializadas, cada una ayudando a hacer una cosa o dos bien.

Las apps proliferan sin control

Pero después de un tiempo es necesario preguntarse varias cosas: ¿cuántas de estas apps realmente se están usando? ¿Las usan todos los involucrados en ventas y marketing? ¿Se tiene que entrenar a la gente para usar este tipo de apps y cómo se les puede mantener al día? ¿Cómo se mantiene la integración entre apps y otros sistemas?

Debido a esta situación, en ventas y marketing comienza a existir una situación respecto a estas apps: se acumulan apps para ambas áreas. Esta acumulación incluye todas las apps que se usan para estas labores, con valor para una o varias personas que las utilizan. El problema es que en muchas empresas se están pagando grandes cantidades para mantener esas apps y que las usen las personas que deben.

Este gasto no incluye los servicios y soporte que necesitan las apps. Por ejemplo, si se usa SalesCloud, de Salesforce, como la aplicación base, la versión completa cuesta 3 mil dólares al año. Y eso sólo cubre un aspecto de las tareas, pues aún hace falta prospectar, investigar, presentar, crar contenidos, aprender, colaborar, mandar mensajes, proponer, planear cuentas, planear llamadas, reportar, analizar y otras mil funciones que pueden cubrir este número de respectivas apps.

Posibles soluciones

Para solucionar esto, se debe analizar la situación. Aunque existen multitud de apps que realizan una función muy bien, incluso que se intersectan con otras, con el tiempo se puede ver un patrón: casi siempre, en las tareas de los departamentos de ventas y marketing se comienzan a utilizar un cierto número de apps base.

Estas apps tienen a ser la plataforma o sistema de apps que graban datos. Son la base de los sistemas CRM o de automatización de marketing. Estas son las que se usan todos los días, críticas para el negocio.

De esta forma, los ejecutivos deben analizar sus estrategias respecto a herramientas, quizá enfocándose en este tipo de apps base.

Del lado de los vendedores de apps, cada vez hay mayores consolidaciones, pues al parecer los creadores de aplicaciones comienzan a escuchar a sus clientes en ventas y marketing.

Los ganadores en ingresos se están convirtiendo justamente en esas apps que sirven como sistema general para estas áreas. Las apps pequeñas que sólo realizan una función están siendo en ocasiones compradas por quienes cuentan con un sistema completo. Inevitablemente, si esta tendencia sigue, habrá una caída en los ingresos de las apps para ventas y marketing.

La tendencia es que en los próximos años las apps buscarán resolver necesidades de los departamentos de ventas y marketing de forma más completa en vez de resolver una sola necesidad de nicho. Quienes no lo hagan probablemente desaparecerán.

Foto: Blake Patterson cc

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