Probablemente para estos momentos ya escuchaste en alguna conversación, reunión o Tweet de Clubhouse, la red social de audio que está creando adicción desde la segunda mitad de 2020 y que cuenta con una comunidad mexicana en crecimiento.
Nació como un ambiente natural y seguro para fundadores del ecosistema emprendedor de Silicon Valley, se ha vuelto una herramienta para hacer networking, compartir experiencias, practicar pitches para levantar capital e incluso catarsis. También es un foro para que los socios de Andeersen Horowitz, líderes de la ronda de inversión que ha valuado a Clubhouse en 100 millones de dólares, posicionen mensajes de forma innovadora.
Siendo una aplicación de nicho que aún se encuentra en versión beta, con acceso por invitación y disponible sólo para IOS, hoy cuenta con más de 6 millones de usuarios registrados. Las conversaciones en las salas virtuales son tan amplias como los intereses de las comunidades que se van formando, así cómo puedes escuchar a Ashton Kutcher dar consejos de emprendimiento, te puedes topar con Lindsey Lohan recibiendo preguntas de los paparazzis o tener una sesión de yoga de la risa con personas de todo el mundo.
La atención alrededor de la plataforma se incrementó exponencialmente desde que Elon Musk, Malcolm Gladwell y Mark Zuckerberg hicieron su aparición en algunos rooms. Del lado mexicano Arturo Elías Ayub ha sido de los primeros directivos mexicanos valientes en abrirse a sesiones de preguntas y respuestas, por lo que no dudo que pronto la pregunta del millón sea ¿quiero a mi CEO ahí?
Anticipándome y después moderar conversaciones y aventurar colegas, les comparto una guía para poder tomar una decisión informada.
¿Qué necesito entender?
Lo que pasa en Clubhouse puede no quedarse en Clubhouse. Si bien en las reglas de la aplicación queda prohibido que se grabe el contenido de las salas, no deja de ser un espacio público, por lo que lo dicho en uno de estos intercambios es potencialmente “citable”. Por ello es importante no dejarse llevar por el calor de la charla y pensar si nos sentiríamos cómodos con que alguien retomara lo que estamos por decir.
Así mismo tenemos que entender la dinámica de la red y no tratar de forzar modelos anteriores de comunicación. Agendar una sala no asegura que la audiencia asista o que la conversación permanezca estática, es decir tenemos que ser flexibles en cuanto a la planeación y sobre todo mantener la conversación relevante.
Esta es una de muchas diferencias versus otros formatos, aquí puedes saber en tiempo real si lo que estás diciendo es interesante para tu audiencia y necesitas estar abierto a que te hagan todo tipo de preguntas. Es una aplicación para generar conversaciones de valor, donde además estás compitiendo con una infinidad de posibilidades.
¿Cómo aporta a tu estrategia de Thought Leadership?
Twitter y Linkedin han funcionado para dar voz, en sentido figurado, a CEOs y directivos que antes parecían inalcanzables; Clubhouse permite pasar del sentido figurado a la realidad. El potencial de conexión de esto es infinito. Haciendo una analogía, es como si tuviéramos la oportunidad de tomarnos un café o charlar en una reunión con nuestras diferentes audiencias.
Este es un canal que además aporta horizontalidad, la posibilidad de mostrarse de forma genuina y de hablar de temas que son relevantes. La variedad de salas hace que puedas compartir espacio, opiniones e intereses con otros líderes de opinión.
Definitivamente es un formato que vale la pena explorar siempre y cuando se tenga una estrategia y el propósito de ser un ejecutivo cercano.
¿Qué riesgos hay que considerar?
Los CEOs y directivos de más alto rango suelen tener entornos muy controlados cuando hablamos de comunicación, esto no es posible en una red como Clubhouse. Tampoco sería recomendable para aquellos CEOs que quieren mantener un lenguaje demasiado corporativo, no se sienten cómodos con el tiempo real y prefieren el bajo perfil.
Preveo que cada vez más existirá el efecto FOMO (fear of missing out) y aquí hay que recordar que no porque un canal exista y esté en boca de todos significa que tenemos que estar. Por ello hay que evitar las estrategias pop que tratan de imitar las experiencias de otros. Si, Elon Musk condujo una entrevista al CEO de Robinhood como oportunidad de crisis, pero eso no implica que esa sea la nueva receta. De hecho no hay recetas, hay objetivos y potenciales caminos para alcanzarlos.
Aquí hay que estar dispuestos a equivocarse, a escuchar y a ser ágiles.
Vamos a lo interesante, si ya se han decidido, aquí la guía de cómo empezar:
- Decidir qué quieren de la experiencia:
La flexibilidad de la plataforma abre múltiples posibilidades, puede ser que quieran entrar para ser oyente eterno y participar únicamente en las salas donde ven valor, pueden ser un moderador activo que invite a otros jugadores a charlar de los temas que te importan o ser un creador constante de salas. Lo importante es entender que cada una de estas opciones requiere que le destinen tiempo, al ser tu voz, nadie puede hacerlo por ti.
- Definir un tema que aporte valor:
Aquí no se trata de repetir slogans, ni siquiera de hablar de su compañía todo el tiempo. A las audiencias les interesa escuchar algo de valor, intercambiar opiniones y sobre todo aprender algo, de lo contrario se cansarán rápido – sin importar el título nobiliario que tiene el vocero en la compañía.
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- Trabajar las capacidades para improvisar y hablar en público:
Es momento de sacarle provecho a las horas de entrenamiento de vocería y escalarlas a otro nivel. En Clubhouse la comunicación es dinámica, las preguntas pueden variar del tema original y no es bien visto huir de la sala por un comentario incómodo. Tener los mensajes clave bien aprehendidos (si, con h) ayuda, también practicar habilidades de improvisación para aprovechar al máximo el espacio, evitando silencios incómodos. Aquí estás en vivo, no se vale editar y la experiencia no se repite.
- Elegir bien al moderador:
Más vale ir acompañados en este viaje por una persona de confianza que sea un buen moderador de sala. Las reglas básicas: el moderador es el encargado de que “no se caiga la conversación”, debe decidir en qué momento sumar a participantes a preguntar, conocer las normas de etiqueta (si alguien abre y cierra su micrófono rápido está aplaudiendo, si sólo lo abre un segundo y lo vuelve a cerrar está pidiendo la palabra, hay que dar espacio para que la gente hable en orden) y sobre todo poder decidir cuando la conversación ya está llegando a un momento de cierre (mejor cerrar con atención y público que cuando hay silencios prolongados).
2021 es el año para considerar nuevas experiencias, canales y formas frescas de comunicar; recomiendo tomarse el tiempo de explorarlos y establecer un objetivo ¿para qué quiero estar ahí? ¿qué tan vulnerable estoy dispuesto a sentirme? Puede ser una gran experiencia para CEOs que deseen ser más flexibles, aventureros y que busquen romper el molde de comunicación corporativa.
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